Primer día. 22/12/2010.
Al fin nos han dado las vacaciones! ¡Poder dormir sin que papá me despierte estresado!. Hoy me ha dicho lo de siempre: ¡Miguel , que no llegas!! Que es muy tarde ¡Que no te has tomado el cola-cao! ¡Que mal te has peinado!!Que ya han cerrado la puerta del colegio! Siempre se olvida de que ya se leer la hora, bueno, hace algunos años, y ya no me engaña. Cuando me dice que ya han cerrado la puerta del patio para entrar, faltan veinte minutos para que lo hagan. ¡Que te voy a contar a estas alturas que tú, mi diario, no sepas ya sobre este tema!
En el camino, como todos los días, he llamado por teléfono a la ya-ya. Hoy la he despertado. Me ha parecido extraño, porque ella se levanta muy temprano cada día. ¡Incluso los domingos!, y eso que no juega al futbol.
Después, el día en el colegio, ha continuado igual que empezó en casa, estresado. Era la representación navideña para los padres , y a mí me han dado una sorpresa doble: la primera, es que papá ha podido asistir, siempre le pillaba en el trabajo a esa hora. Y la otra es que he ganado el concurso navideño de manualidades. Me han dado un libro chulísimo sobre descubrimientos e inventos. Es la segunda vez que gano este concurso, pero para mí la otra no cuenta, era de felicitaciones navideñas, cuando estaba en primero y además casi lo hizo entero mamá, y eso no debería valer. Me ha hecho mucha ilusión, aunque en casa piensan que no, porque me he quedado muy serio, pero lo que pasaba era que me daba mucha vergüenza estar ahí arriba solo, recogiendo el premio mientras me aplaudían.¡Uf, que mal rato!
Sin embargo, el día ha tenido también un sabor agridulce. Ha sido culpa de Paula B. En el recreo de la tarde nos ha dicho que los Reyes Magos son los padres. Yo no me lo creo, pero ¿por qué lo dirá? No sé, quizá se lo pregunte a Helena mañana.
Segundo día. 23/12/2010.
Esta mañana me he despertado yo sólo y lo mejor es que eran las siete y media de la mañana. Como mamá ya está de vacaciones y papa se levanta a las ocho, no había nadie despierto. Así que he aprovechado y he descubierto lo que se siente despertando a alguien que no quiere levantarse todavía. No está mal, pero las consecuencias por ello si esa persona es tu padre o tu madre, no las recomiendo. ¡Qué enfadados! No entendían por qué los días que hay cole me cuesta tanto levantarme y hoy que son vacaciones… Papá dice que tampoco entiende, porqué no me gusta irme a la cama por la noche y sin embargo me encanta seguir durmiendo por el día, ¿será que mis sueños hacen que cambie de opinión? De todas formas, cinco minutos después estábamos desayunado juntos y parecía que todo había vuelto a la normalidad.
Hoy ha sido el último día del entrenamiento de futbol hasta después de las vacaciones. Ha llovido durante toda la hora y he llegado a casa empapado, me he dado una ducha caliente y luego he cenado, un poco antes que otros días para poder ver una película que ha traído papa: Karate Kid, pero la versión moderna, porque la otra versión papá dice que es de sus tiempos. La hemos visto, como le gusta a Helena: “toda la family junta”, con palomitas incluidas. Es un buen comienzo de vacaciones.
Tercer día. 24/12/2010.
Hoy estoy con mucho sueño, todo fue muy intenso. Nos reunimos primos, tíos, hermanos, sobrinos, suegros, yernos… en un festejo estupendo, porque retrocediendo en el tiempo dos siglos, llegó Jesús, El Redentor, y se quedó en el mundo viviendo entre nosotros. Y ese fue el motivo de reunirnos hoy.
Cierro el libro porque mis ojos se quieren dormir.
Cuarto día. 29/12/2010.
Estoy enfadado, bastante enfadado. ¿Te lo puedes creer?. Mamá no me avisó ayer que era 28 de Diciembre, el día de los inocentes, y como no escribí nada en tus páginas, ni tampoco fui al cole, pues no puse la fecha, y no me di cuenta. Se me ha pasado la gran oportunidad de gastar una gran broma a Helena, y devolverle todos los sustos que me ha dado desde… desde que nací, sin que luego me pudieran regañar, ¡como es el día de las inocentadas! Hasta en el telediario cuelan alguna. Me acuerdo que el año pasado metí en la ensaladilla un gusano viscoso y blanducho, cuando mamá fue a servirla se dejó ver en el plato de papá. ¡Qué pena que no le hincara el diente! Aunque justo a él a lo mejor no le habría dado asco, porque yo le he visto limpiar las setas y los níscalos que cogemos del campo sin ningún escrúpulo, y siempre dice cuando se encuentra algún gusanillo, que son más proteínas, más alimento. Bueno lo que no te he dicho es que mi gusano era de goma. Te cuento esto aunque ocurrió el año pasado, porque no quería quedarme con las ganas de contar algo de ese día que tanto me gusta. Además tiene algo más de especial, que es el cumple de Claudia. Hoy la he llamado a Asturias para felicitarla, porque como ayer no sabía que era ayer, pues la he felicitado con un día de retraso.
Una de las miles de cosas que me gustan de estar de vacaciones es que no como en el comedor del cole. Salvo las albóndigas, todo lo demás no hay quien se lo coma, así que hoy he comido acelgas, que allí no las ponen y echo de menos comerlas más a menudo.
Por la mañana he jugado un rato con el juego que me trajo Papa Noel, pero hoy nos hemos ido al parque porque al fin no ha llovido, y por la tarde he hecho trampa, y le he dicho a Helena que se ha quedado cuidándome que no había utilizado la Wii hoy (como no me dejan más que un rato al día), así que he vuelto a jugar con el Mario Kart, y sólo, porque cada vez que juego con mamá es un suplicio. ¡Menos mal que su coche no lo conduce así de mal!.
Bueno hoy ya te he contado bastante. Me voy a dormir que me han puesto mis sábanas favoritas, esas de color azul, como no podía se otro, y que tienen todas las estrellas más brillantes del universo cuando apagas la luz. Además son muy suaves, mamá dice que son de nube de algodón.
Quinto día. 31/12/2010.
El día ha terminado bien, aunque prometía ser catastrófico. Esta mañana el abuelo de Segovia se ha puesto enfermo y le han llevado al hospital en ambulancia. ¡Figúrate cuarenta Kilómetros con las sirenas estridentes y las luces dadas! No nos hemos enterado hasta la tarde que ha llamado mi abuela, parece que se tenía que quedar ingresado. Por eso, papá se ha ido allí, a comer las uvas con él, para cuidarle y que no estuviera solo. Toda la familia estaba preocupada y nerviosa, a mamá se le olvidó que tenía el asado en el horno y se le ha quemado la cena de Nochevieja. Poco después, he oído que papá le decía a Helena antes de irse, que me llevara a comer al Burguer, para que yo no me enterara muy bien de lo que pasaba con el abuelo, pero me he enterado. Menos mal que el abuelo está mejor, solo se quedará unos días en el hospital y al final hemos tomado las uvas con papá, pero eso sí, por teléfono. Cuando quedaban dos minutos para las doce, le hemos llamado y hemos conectado el manos libres, así hemos podido estar juntos. También le han dejado al abuelo tomarlas, pero han sido doce traguitos diminutos de zumo de uva.
Aunque no estaba papá hemos realizado nuestro particular ritual de Año Nuevo-Vida Nueva. Para ello, imprescindible como siempre, pensar en las tres peores cosas que te han pasado ese año. Yo claro, lo primero en lo que he pensado, ha sido que el abuelo estaba malo y luego en que iba a ser la primera Noche Vieja sin papá, (ya tenía dos ). No me costó mucho pensar en la tercera, porque aunque me pasó, como tú ya sabes hace varios meses, la tengo presente cada mañana y cada recreo, y ya sabes cuál es, que Pablo se marchara del colegio después del verano.
Después tocaba pensar en las tres cosas que te hubieran gustado que te pasasen, y claro, casi de forma instintiva, me vinieron a la cabeza: que el abuelo no estuviera enfermo, que papa estuviera en Noche Vieja con nosotros, y claro, que Pablo no se hubiera ido del cole a hacer cuarto a otro. Pero como me imagino que a Ángel, el profesor de Literatura de mamá le va a parecer que no me he esforzado mucho, te diré que me hubiera gustado que Helena se hubiera portado mejor conmigo este año. También me hubiera gustado que me devolvieran mi antigua habitación, en esta casi no me puedo mover. Y por último, y sólo porque son tres, porque realmente no es la última, pero bueno, me hubiera gustado tener mi propia mascota.
Y al fin, lo bueno y real. Las tres mejores cosas del año: claro está que ganar la medalla de oro del campeonato de futbol es de la primera que me he acordado, después recordé el viaje a Disneylandia, y la tercera que este año Claudia y yo nos habíamos hecho superamigos, como a ella también la gusta escalar el magnolio, pues pasamos mucho tiempo juntos.
Ya con las ideas claras, hemos brindado antes de cenar. Yo con sidra. Las burbujas punzantes en mi paladar me provocaron una tanda de estornudos parecida a la que tuve cuando se me cayó el bote de pimienta.
Ahora toca contar lo que no escribí en Nochebuena. Como mamá me dijo que no podíamos utilizar la letra a, no pude contar que el día 24 por la noche, hacemos algo parecido. Cada uno piensa en nuevos y buenos propósitos para cumplir, luego enciende una vela blanca. Yo claro, pensé, en portarme bien, estudiar, acostarme pronto… ya sabes, todo lo que más me cuesta. Pero eso es otro día. Volvamos a las uvas. ¡No me he atragantado! Es la primera vez, claro que esta vez las he pelado y las he quitado el pipo.
Hoy han sido un conjunto de sensaciones diferentes: frustrantes y esperanzadoras, frías y cálidas; dulces y amargas. Buenas noches y ¡FELIZ AÑO! a ti también.